el Jueves, Octubre 09, 2003 a las 19:19:18, Rodrigo escribió:
Una de las situaciones más habituales en la práctica odontológica es la selección de un articulador para el diagnóstico o el tratamiento restaurador protésico. Por esta razón, el éxito o fracaso dependerá en muchas ocasiones del conocimiento adecuado del simulador utilizado. Su ajuste preciso y la manipulación cuidadosa por parte de técnicos y clínicos, será lo que proporcionará presión a nuestros tratamientos. En este arículo iniciamos, de la mano del Dr. Gerardo Martínez Cabruja, un pequeño monográfico acerca de los articuladores y arcos faciales más frecuentes.
ARTICULADORES
El articulador es el facsímil mecánico que representa el tercio inferior del cráneo y reproduce los movimientos de apertura y cierre alrededor del eje posterior de bisagra, así como los movimientos excursivos mandibulares. En síntesis, el articulador relaciona el cráneo con los maxilares y la arcada superior con la inferior, tanto en posición de céntrica como en las relaciones excéntricas.
Tiene dos funciones principales: una es diagnóstica o de conocimiento de las relaciones de ambas arcadas dentarias, y la otra será terapeútica, es decir la de permitir la realización de los diferentes tipos de prótesis dentales.
El primer articulador fue el Oclusor de Escayola que describió Gariot en 1805. Se basaba en la idea de hacer morder unos rodetes de cera para mantener la relación de los modelos, que encajaban entre sí mediante llaves no retentivas.
En 1809, Saussine modificó dicho dispositivo, naciendo así el primer Articulador de Bisagra. El eje de charnela no coincidía con el del paciente.
El primer Articulador Anatómico fue patentado en 1858 por Bonwill. Tenía unas trayectorias condilares horizontales que no coincidían con el paciente.
Es a partir de 1901 cuando Christensen presenta el fenómeno que lleva su nombre, en virtud del cual se pueden medir las trayectorias condilares del paciente, dándose los primeros pasos para posteriormente, poder programar los articuladores. Este fenómeno, como ya es sabido, se basa en registrar los espacios que se abren entre los dientes posteriores, como consecuencia del avance y el descenso del cóndilo a través de las paredes anterior y medial de la fosa articular, en los movimientos excursivos de la mandíbula. Estos espacios nos permiten interponer unas ceras, por ejemplo, y registrar la posición exacta de la mandíbula con respecto al maxilar, en cada una de las posiciones de lateralidad y la protrusiva. Si conocemos estos datos, por transposición de factores, podremos determinar los ángulos por donde discurren las ATM, en cada una de las posiciones antes mencionada, e incorporarlos al articulador.
En 1907, Snow presenta el primer articulador con trayectorias condilares ajustables y, además, introduce el arco facial para el montaje craneométrico del modelo superior.
En 1908, Gysi introducía su articulador ajustable, el Trubyte, e inventó, para los no iniciados, el Gysi Simplex, que ha sido el articulador anatómico más difundido en el mundo. Introdujo, además, el arco gótico con los desplazamientos laterales y la relación céntrica como referencia para el montaje del modelo inferior respecto al superior, siendo un sistema con gran precisión de reproductibilidad.
En 1921, Hanau corrobora las experiencias de Gysi e introduce las leyes de la articulación balanceada, o plan Quint, por cuyo medio hallaba el plano oclusal del paciente mediante fórmulas matemáticas. Ésto no tuvo mucho éxito debido a su complejidad, pero le sirvió para construir sus articuladores semiajustables.
En 1944, Bayron introduce en Suecia el articulador Dentatus, como alternativa al articulador Hanau, que no estaba disponible en Europa debido a la Segunda Guerra Mundial.
Posteriormente, aparecieron los articuladores de recorrido universal o totalmente ajustables, entre otros el Stuart, creado por charles Stuart, o el Denar Mark 5 A, creado por Niles Guichet. Ambos se programaban por pantografía mecánica, pero, así como el Stuart cayó en desuso debido a su complejo protocolo de programación, el Denar ha sido durante muchos años la referencia universal entre los articuladores totalmente ajustables. Reicentemente, la casa Denar sacó a la luz un dispositivo electrónico computarizado, el Pantronic, que servía para la programación del articulador por lectura directa. No sabemos la razón, pero actualmente dicho dispositivo no está disponible.
La más reciente incorporación ha sido el Cyberhoby, creado por Sumiya Hobo, y que se programa por pantofrafía electrónica. Está comercializado en EE.UU. por la casa Morita.
ARTICULADORES TOTALMENTE AJUSTABLES VS. SEMIAJUSTABLES
Actualmente, existe una gran controversia sobre la necesidad de usar los articuladores semiajustables en detrimento de los totalmente ajustables.
Podemos decir que un articulador totalmente ajustable nos proporcionará una información muchísimo mayor que uno semiajustable, si nos referimos a lo que acontece dentro de las articulaciones temporomandibulares del paciente.
Mientras un articulador semiajustable nos permite programar dos factores básicos (pendiente condílea y ángulo de Bennett) con unas trayectorias rectas, el totalmente ajustable, además de que nos permite incorporar diferentes curvaturas en cuanto a ambas trayectorias (tal y como sucede en el ser humano), gracias a los techos y paredes mediales intercambiables, nos da la posibilidad de incorporar otros factores condilares, lo cual sería imposible en el semiajustable. Tales son:
A. Distancia intercondilar del paciente.
B. Bennett inmediato.
C. Bennett progresivo.
D. Laterotrusión.
E. Mediotrusión.
F. Trantrusión.
G. Trayectoria Orbitante.
H. Ángulo de Fisher.
Todos estos factores podrán tener mayor o menor implicación según sea el caso que vayamos a tratar. Así, no será lo mismo reponer un seis con las 27 piezas restantes intactas, que hacer una rehabilitación oral completa, cuando partimos de un punto donde todas las referencias oclusales se han perdido; o hacer una guía anterior con todas las piezas posteriores intactas o rehabilitar todo el sector posterior, conservando una guía anterior funcional.
Hoy en día, los articuladores más utilizados son los semiajustables, ya que, a pesar de no ser totalmente ajustables, son fáciles de utilizar y nos pueden proporcionar unos resultados más que aceptables, puesto que poseen un gran potencial de adptabilidad a las características temporomandibulares del paciente. Sin olvidar que su relativo bajo costo a nivel económico y la mínima inversión de tiempo clínico así lo justifican.
No obstante, el valor que puede tener en una rehabilitación oral completa un articulador totalmente ajustable, programado por pantografía es incalculable.
Existe una gama de articuladores que se encuentran a mitad de camino entre lo que sería un articulador semiajustable y uno totalmente ajustable. Quizás el ejemplo más típico podría ser el SAM, que se puede utilizar como un semiajustable convencional, pero también nos da la posibilidad de incorporar diferentes curvaturas, tanto a la pendiente condilar como al ángulo de Bennett, cuando lo programamos por el método axiográfico, tal y como lo describen Heinz Muchk y Rudolf Slaviceck. Es un
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